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Design Thinking: pensando en el usuario con el usuario

Seguro que te suena el design thinking. Ya sabes, esa mentalidad que te ayuda a crear soluciones para resolver problemas por y para las personas. El design thinking lleva décadas entre nosotros y se enfoca en el usuario, que es el que realmente tiene las respuestas a todas tus preguntas. Al fin y al cabo, lo que creas y diseñas es para este usuario, ¿verdad?

El design thinking te ayuda a pensar de forma diferente, con empatía y mucha creatividad, descubriendo y redescubriendo ideas y métodos para encontrar soluciones reales a problemas reales. Se trata de un enfoque que rompe las barreras entre departamentos y disciplinas, con la innovación y la creatividad por bandera, centrándose en las necesidades del usuario y recalcando la importancia del trabajo en equipo, transversal e inclusivo.

Pero, ¿por qué no vamos mejor al grano? Si quieres conocer a tu usuario para darle aquello que realmente quiere y necesita, antes tienes que conocer al invitado de hoy: el design thinking. Te lo presento.

¿Qué es design thinking?

Tal y como se explica en Design thinking is dead. Long live design thinking: How to nurture and grow design thinking in your organization, de Idean Design Books, design thinking es “una forma más inteligente de trabajar”, aproximándose de forma creativa a la resolución de problema por y con la gente. En resumen: “el design thinking te ayuda a definir correctamente el problema que intentas resolver antes de definir cómo resolverlo”.

Design thinking no es tanto una metodología, sino más bien una mentalidad que debe contener las siguientes características:

  • Empatía centrada en el ser humano: tu usuario es tu mayor fuente de información, pero no toma las decisiones por ti. El design thinking te ayuda a practicar la empatía con las personas para las que estás diseñando. Para ello, tienes que involucrarte y observarlos para comprender sus necesidades, y volver a éstas varias veces a lo largo del proceso.
  • Trabajo colaborativo: el design thinking prospera cuando las personas colaboran a través de diferentes habilidades, experiencias y perspectivas. Es una forma de trabajar inclusiva que ayuda a que lo abstracto sea más tangible y accesible. Todo esto significa que el proceso debe ser abierto y apto para todas las personas implicadas.
  • Prototipos tempranos y frecuentes: la iteración conduce a la mejora continua. Piénsalo como un proceso de resolución de problemas experimental que pone a prueba todas las hipótesis para descubrir la solución de forma conjunta.

Asimismo, para poder guiarte en el design thinking, necesitas seguir estos seis principios, que suponen los seis pilares de esta mentalidad:

  1. Prioriza las necesidades humanas.
  2. Ábrete.
  3. Sueña a lo grande.
  4. Empieza en pequeño.
  5. Piensa con las manos.
  6. ¡Y diviértete!

El impacto del design thinking

De nuevo, encontramos la respuesta en el libro de Idean Design Books: en 2018, las compañías gastaron más de 1.000 millones de dólares en transformación digital, pero la mayoría se vieron afectadas por lo rápido que cambiaba el panorama, por lo que sólo una de cada ocho logró sus objetivos. A esto se le suma que el 54% de estas compañías no sabían cómo abordar la distancia que había entre la innovación y la estrategia empresarial.

¿A qué se debe esto? En el pasado solíamos contar con la experiencia de los especialistas y nos bastaba con el pensamiento orientado a la solución, pero ahora los ecosistemas de negocio y las demandas de los clientes cambian muy rápido y los viejos métodos ya no funcionan en este panorama tan veloz y cada vez más complejo. Por eso, ahora no hay que acercarse tanto al problema y mucho más al usuario, al cliente, para adaptarse a él. Así nace la mentalidad del design thinking, concretamente en 1959.

A pesar de décadas de uso, el design thinking sigue siendo infravalorado, incluso criticado, pero las cifras hablan por sí solas: por término medio, las empresas basadas en el diseño superan a sus homólogas en un 211%, suelen ser el doble de rápidas en el mercado y el 14% de sus nuevos lanzamientos suponen el 61% de los beneficios. En resumen: combinar design thinkingk con un proceso de trabajo ágil incrementa la productividad y trae consigo muchos beneficios.

Design thinking toolkit: el kit de herramientas del design thinking

Cuando se habla de design thinking, inmediatamente sale a la palestra una palabra concreta: toolkit, que se traduce como “kit de herramientas”. Este toolkit se basa en una serie de ejercicios que pueden variar dependiendo de la compañía, pero siempre se basan en tres etapas principales: Discover, Define, Redefine. Es decir: definir, idear, prototipar.

Primera fase: definir

La primera fase, la de definir, es la fase de exploración. Esta etapa sigue a una anterior: la de empatizar con el cliente y/o usuario, que sirve para analizar profundamente al mismo y comprender sus verdaderas motivaciones, haciéndolas propias. Para ello, hay que observar al usuario e interactuar con él.

Una vez conoces al usuario y tienes claras sus necesidades, te toca definir cuáles son las principales con una evaluación muy minuciosa de la gran variedad de problemas que se hayan detectado. Al determinar las necesidades principales, podrás plantear las mejores medidas para llegar a una solución definitiva.

Las herramientas de esta fase de exploración cimentarán una base sólida para tus ideas y te ayudarán a entrar de lleno en los problemas a estudiar. Conseguirás construir soluciones reales a problemas reales, comprendiendo las auténticas necesidades de tu usuario, abriéndote a nuevas oportunidades e inspirándote para crear nuevas ideas con eso que se llama thinking out of the box.

Algunas de las herramientas más comunes de esta fase son las siguientes:

  • Análisis DAFO.
  • Shadowing.
  • Desk Research.
  • Business Model Canvas.
  • Mapa de actores.
  • Método persona.
  • Mapa de empatía.
  • Roleplay.

Segunda fase: idear

La segunda fase del design thinking es la de idear, donde debes idear en equipo. Con una mente creativa, tú y tu equito tenéis que lanzar más de una idea para solucionar los problemas específicos que habíais identificado en la fase previa. Se trata de un proceso de ensayo y error donde está permitido equivocarse, priorizando aquellas técnicas donde se estimula la creatividad y el pensamiento libre.

Las herramientas que se utilizan en esta fase están orientadas a generar muchas ideas. No falta la clásica lluvia de ideas para pensar sin limitaciones, con una mente abierta que permite el paso a las ideas más extravagantes para activar así un pensamiento mucho más visionario. De este modo, tú y tu equipo podréis generar cientos de insights para avanzar.

Algunas de las herramientas más utilizadas en esta segunda fase son las siguientes:

  • Brainstorming o lluvia de ideas.
  • Blueprint o mapa de servicio.
  • Co-creación.
  • Escenarios.
  • Matriz de decisión.

Tercera fase: prototipar

La tercera y última fase es la de prototipar. En esta fase se materializan las ideas que tú y tu equipo hayáis seleccionado con anterioridad en la fase anterior. Podéis hacerlo de muchas formas mediante prototipos digitales o físicos, como páginas web beta o diseños. Suelen crearse prototipos de bajo coste ya que son eso, prototipos, aunque también depende del presupuesto con el que contéis.

La idea es realizar una fase de testeo para dar vida a tus ideas y aprender mientras las construyes y las compartes con otras personas. De este modo, puedes seguir mejorando hasta alcanzar la solución definitiva al problema planteado.

Las herramientas de esta fase dan un feedback muy rápido y suelen ser las siguientes:

  • Storyboard.
  • Storytelling.
  • Prototipos digitales.
  • Prototipos en papel.

Una vez superadas todas las fases, se llega al momento clave: la etapa de prueba, la de testear e iterar, en la que tus usuarios prueban y evalúan los prototipos que has elaborado junto a tu equipo. Con sus críticas y sensaciones, podréis descubrir aciertos y errores y realizar las correcciones necesarias para crear el producto o servicio definitivo que esté 100% orientado a las necesidades del usuario.

El proceso de design thinking es interactivo, flexible y enfocado a la colaboración entre diseñadores y usuarios. Se trata de una mentalidad que se enfoca en convertir tus ideas en algo tangible basándose en los usuarios reales: cómo piensan, qué sientes y cómo se comportan.

Gracias al design thinking podrás obtener nuevos conocimientos y ver a tu usuario como nunca antes lo habías visto. ¿Y en el ámbito laboral? Podrás desarrollar nuevas formas de pensar, de ver los productos y sus posibles usos. En definitiva, obtendrás una comprensión mucho más profunda de los usuarios, de sus necesidades, de los problemas que enfrentan y de cómo puedes ayudarlos.

Si todo esto suena tan interesante como complejo para ti, una buena noticia: en Concepto05 tenemos un workshop dedesign thinking para que tú y tu equipo sepáis cómo concebir las soluciones que vuestros clientes necesitan, así como entender lo que quieren realmente, impartido por la diseñadora senior María Luisa Rivero. ¿Te apuntas?

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