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Top Streamers de Twitch España: el porqué del salto definitivo

«Ahora hago lo que a mí me gusta». Con esas sencillas palabras, Auronplay abandonaba YouTube en septiembre de 2021 después de 15 años subiendo todo tipo de vídeos a la plataforma y aunando una buena cantidad de fanáticos.

Pero una afirmación tan tremenda sonaba a clickbait, ¿verdad? Pues no del todo. Su último vídeo en YouTube data de noviembre de 2020, y no fue el único youtuber que dio el salto a la nueva plataforma de moda. El Rubius, el youtuber con más seguidores de España —más de 40 millones mientras se escriben estas líneas—, ha bajado el ritmo de publicación en la plataforma que lo vio nacer, mientras que en Twitch se encuentra más activo que nunca.

Ambos youtubers —y tantos otros— recurren a su canal secundario para seguir activos en la plataforma, pero el contenido es muy concreto: extractos de sus directos en Twitch. Así, los grandes nombres de YouTube se han convertido en anuncios andantes de sus canales en Twitch, que se ha quedado con los influencers más importantes de España. ¿Y por qué ha ocurrido esto? Veamos cuáles son los principales streamers de Twitch España y por qué han abandonado la plataforma de vídeos más grande… Hasta ahora.

Top streamers de Twitch España: ¿quiénes son los streamers más famosos del momento?

Es curioso comprobar que la lista de los streamers con más seguidores en Twitch España no son nuevos influencers, nativos de esta nueva plataforma, sino que son antiguos youtubers que han decidido dar el salto después de sentirse abandonados por la plataforma que los ayudó a crecer.

Esto no ocurre sólo en España, sino en todo el globo, con un top coronado por Ninja, streamer imbatible nacido en 1991 en Detroit, Michigan (EE.UU.), que acumula 17 millones de seguidores en noviembre de 2021. Sin embargo, España está muy presente en el top de streamers de Twitch a nivel mundial, pues en el top ten hay ni más ni menos que cuatro españoles, todos ellos hombres y, al menos, tres de ellos reconocidos incluso por quienes ignoran este tipo de contenido.

  • Sorprende saber que el streamer español con más viewers en Twitch es Auronplay, que acumula 10,7 millones de seguidores.
  • Lo sigue El Rubius, que deja atrás sus 40 millones de seguidores en YouTube para acumular 10,3 millones en Twitch, lo que permite ver cuál es la realidad detrás de las cifras de seguidores en un youtuber que lleva activo desde 2006.
  • En tercer lugar, se encuentra TheGrefg con 8,5 millones.
  • Y por último, Ibai con 8,3 millones, irónicamente el streamer más conocido de la lista y el que más está cambiando el paradigma del nuevo entretenimiento.

Estas cifras son muy interesantes si tenemos en cuenta que Ibai, que es el streamer con menos seguidores de los cuatro mencionados, es el responsable del evento más visto en la historia de la plataforma, con más de un millón de viewers simultáneos. Y es que no es lo mismo un seguidor que un viewer; mientras que el primero es una persona que se suscribe a un canal de Twitch, el viewer es quien realmente está viendo el streaming en directo, y ni siquiera tiene por qué estar suscrito al canal.

Esto indica que las cifras mencionadas son nebulosas y que hablan poco o nada de la popularidad de un streamer en Twitch. ¿El mejor ejemplo? Esos 40 millones de seguidores en YouTube de El Rubius, reducidos a 10,3 millones. Obviamente, todos los streamers mencionados presumen de una popularidad astronómica en Twitch, pero ¿hasta qué punto son fiables las cifras?

El éxodo de YouTube…

YouTube ha sido a lo largo de las últimas décadas la principal plataforma donde millones de personas colgaban y compartían todo tipo de vídeos. Esto originó a los ya youtubers, personalidades famosas que se dedicaban enteramente a la plataforma, convirtiéndola en su principal fuente de ingresos. Sin embargo, las nebulosas cifras antes mencionadas, sumadas a una gran cantidad de polémicas y problemas con la monetización, llevaron a estos youtubers a abandonar el barco antes de que se hundiera definitivamente, y es así como YouTube ha perdido sus principales referencias, aquellas que han llegado a representar a lo marca a lo largo de los años.

El vaso se derrama en 2018, cuando El Rubius organiza un torneo de Fortnite en YouTube junto a otros tantos youtubers famosos. Este streaming se convirtió en un hito de la plataforma, batiendo el récord mundial de streaming, superando el millón de visitan en el canal de forma simultánea y congregando a más de 10 millones de personas frente a un evento organizado sólo por él. El hashtag del evento fue trending topic en Twitter durante gran parte del día en el que se realizó y casi alcanza los datos de uno de los acontecimientos televisivos más vistos de España: la final de la Eurocopa de 2008, que alcanzó los 15 millones de espectadores, mientras que este evento de Fortnite organizado por una sola persona logró superar los 10 millones en total.

¿Y qué ocurrió? Que el streaming más visto de la historia de YouTube, aquel que a las pocas horas de su emisión ya contaba con más de 15 millones de visualizaciones, no estaba en la página de ‘Tendencias’ de la plataforma. En ‘Tendencias’ se encuentra la misma lista de videos populares a todos los usuarios de un mismo país. El problema es que muchos usuarios llevan años quejándose de que es una cloaca extraña con vídeos muy aleatorios y que no tiene sentido que estén en esa lista.

Por ejemplo, mientras se escriben estas líneas, el vídeo número once en ‘Tendencias’ es una recopilación de 22 segundos de un tiktoker japonés. Este vídeo se subió hace un día y ya acumula 17 millones de visitas, a pesar de que el canal no llega a los 4 millones de usuarios. Pero si lo comparamos con el resto de sus vídeos, las cifras no concuerdan ni con esta subida en las visualizaciones, ni con el supuesto número de suscriptores del canal:

Este es sólo uno de los tantos ejemplos que han acabado espantando no sólo a los youtubers, sino también a usuarios comunes. Pasa que los youtubers tenían otro inconveniente en su contra: la monetización. Muchos de ellos, conscientes de su fama, abandonaron sus trabajos —como el propio Auronplay— y se dedicaron enteramente a la plataforma. Sin embargo, muchos comenzaron a experimentar problemas con la visualización de sus vídeos —pues YouTube les quitaba visitas— y, en 2018, algunos como Wismichu o Miare’s Project decidieron probar Twitch, y descubrieron que la monetización era mucho más justa a sus ojos.

A eso se le sumó un nuevo cambio en YouTube: los creadores con menos de 4.000 horas de visualización durante los últimos 12 meses no ven ni un mísero euro, lo que afecta, sobre todo, a los canales pequeños. Así pues, la balanza se inclinó a favor de Twitch, dado que YouTube cambiaba constantemente las condiciones del servicio y la monetización era cada vez más difícil —llegando, incluso, a desmonetizar vídeos según el discurso, según los creadores de contenido—. Pero ¿por qué esta plataforma y no otra? ¿Qué tiene Twitch que no tienen otros?

… Y el salto definitivo a Twitch

Nos encanta el streaming por muchas razones, aunque una de ellas es la comunidad que se genera entre streamer y seguidor. Pero, seamos honestos: la compenetración entre ídolo y fan no fue lo que atrajo a los youtubers a Twitch, sino su modelo de negocio para con los creadores de contenido.

Mientras que en YouTube los ingresos provienen de la publicidad —y de ahí que cada vez los vídeos tengan anuncios más molestos, y las polémicas con AdBlock—, en Twitch los creadores de contenido monetizan gracias a los anuncios y al número de suscriptores que tienen. Suscriptores, que no seguidores. ¿La diferencia? Los suscriptores pagan y los seguidores, no. Por eso, si eres un creador medianamente conocido, a priori es más fácil ganar dinero con Twitch que con YouTube; basta con tener una comunidad fiel que no sólo vea el contenido que el creador publica, sino que también pague por él. Ahora tiene más sentido que los 40 millones de seguidores de El Rubius se hayan convertido en 10,3 millones, ¿verdad?

Twitch cuenta con dos tipos de suscripciones: Twitch Prime y las suscripciones individualizadas a determinados canales. La primera opción solo está disponible para los usuarios de Amazon Prime Video y permite, además de emoticonos, descuentos, juegos gratis y recompensas, la opción de suscripción a un canal de forma gratuita. Por su parte, las suscripciones individualizadas están disponibles tanto para los usuarios de Prime que quieran suscribirse a más de un canal como para aquellos usuarios que no estén en Amazon. Hay tres niveles de suscripción y, según la modalidad que pague el espectador, los derechos de cara al consumo de contenido serán unos u otros. De tal forma que los propios creadores son quiénes definen los beneficios que tendrán los suscriptores según la modalidad que elijan. Pero, en resumen, todos ganan.

Por otro lado, los creadores con derecho a monetizar en Twitch pertenecen al programa de socios o al de afiliados. Para Twitch, los socios “forman el exclusivo grupo de emisores de contenido, personalidades, ligas, equipos y torneos de videojuegos más populares del mundo” y los afiliados son streamers con un crecimiento emergente. Es decir: los socios son creadores que llegan a Twitch con un fuerte engagement y los afiliados son los streamers por los que la plataforma quiere apostar.

Aunque la política de monetización se sienta sobre las mismas bases, el nivel de ingresos entre un afiliado y un socio es diferente. En ambos casos los beneficios llegan a través de la publicidad, el pago de los suscriptores (Twitch se queda el 50% y el streamer el otro 50%), y los bits (monedas que los espectadores regalan a los streamers para premiar los mejores momentos del directo). Este modelo está mucho más centrado en aportar un beneficio real y justo a los creadores de contenido, que pueden volver a vivir esto gracias a la suma de la plataforma y la comunidad.

Twitch está viviendo en sus carnes digitalizadas lo mismo que YouTube cuando se convirtió en lo que llegó a ser. Y por ello, el crecimiento de la plataforma está obligando a crear cada vez más normas, a la vez que está dando la bienvenida a cada vez más streamers. Esto no deja de ser una trampa, como ya dejó claro Ibai: de los más de 700.000 streamers españoles que emitieron en enero y febrero, menos del 1% triunfan en la plataforma, entendiendo por triunfar el poder vivir de esto. Es una profesión privilegiada pero que, cada vez, es más difícil conseguir. Sólo el tiempo dirá cuál es la linde que sigue Twitch y si aprenderá de los errores de su rival o, por el contrario, caerá en su mismo pozo.

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