Patrimonialización 2.0 - CONCEPTO 05
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Patrimonialización 2.0

En Internet la patrimonialización ya no está en manos exlusivamente de las instituciones, los usuarios de herramientas como la Wikipedia, Flickr, Youtube o Panoramio ponemos todos los días en valor incontables activos culturales y naturales. Un nuevo orden de cosas que bien merece un nombre…

Podemos entender como patrimonialización tanto la restauración de una catedral como su señalización. Incluso el simple gesto de extender el dedo índice hacia unas gárgolas para que nuestro acompañante se fije, también lo es.

El patrimonio es algo arbitrario, se trata de una convención social. De ahí que podamos patrimonializar algo que, hasta un momento dado, no es considerado como tal. Por lo tanto cobra sentido en su carácter dinámico. Es decir, cuando decidimos qué es y qué no es patrimonio.

Como indica Llorenç Prats:

Para llegar a ser patrimonio, los bienes culturales deben ser seleccionados en relación con alguna forma de interpretar y representar una determinada identidad y deben ser activados desde alguna instancia de poder.

Como sabemos, Internet ha convertido al usuario en el rey de las comunicaciones. En un tema tan relevante como el patrimonio cultural estamos acostumbrados a que sean las instituciones públicas las encargadas de tutelar este proceso. Pero las nuevas dinámicas bautizadas como 2.0, en las que todos somos los creadores de contenidos, dan lugar a nuevos procesos de patrimonialización y puesta en valor de activos.

Patrimonio es la Catedral de Santiago y también algo tan efímero como una puesta de sol, algo tan natural como un glaciar, o algo tan inmaterial como un sonido. En este mismo caso, pongo links a la Wikipedia, Flickr, Panoramio y Escoitar.org para ampliar esta información. Y es que estas herramientas son potenciales creadoras de patrimonio y logran que cualquier persona pueda poner en valor cualquier aspecto de un territorio que considere relevante.

La capacidad de estas herramientas para llegar al gran público es generalmente mayor que la de webs institucionales. Aunque es importante que se distingan las comunicaciones oficiales en estos temas. La institución, como marca o identidad digital, debería ir más allá de su propio sitio para conversar a través de redes sociales y portales 2.0 como los citados, porque ahí es donde están los interesados.

Si el turismo 2.0 ya es una realidad y es la base del éxito de infinitos proyectos de Internet, recientes colaboraciones del Museo del Prado o La Biblioteca Nacional con Google Earth y Google Books, son una muestra de una nueva tendencia en el sector cultural. Aunque es sólo un inicio, apoyarse en plataformas comunes es el mejor camino para lograr una buena presencia en la red. Por supuesto, no debemos olvidar que, aunque los usuarios pueden valorizar el patrimonio (y esto es algo extraordinario), son las instituciones públicas las responsables de hacerlo o apoyarlo.

>> Artículo original en Zemos98

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