Parece obvio pensar que, si quieres que tu empresa crezca y se suba al barco de la transformación digital, es importante tomar decisiones coherentes basadas en datos empresariales recogidos a lo largo del tiempo. Según la consultora PwC, el factor que más influye en la toma de decisiones de un directivo es la intuición y la experiencia. Resulta curioso que el primer factor no sean los datos, ¿no?
Es innegable el auge del Big Data en los últimos años. Teniendo en cuenta los datos recogidos en el año 2016 y las previsiones estimadas para el próximo año, en 5 años los ingresos generados en este sector se duplicarán. Las grandes (y no tan grandes) empresas de éxito recaban miles de datos al día, pero ¿qué se hace con esos datos? Es aquí donde entra el Business Analytics y la importancia de analizar los datos.
Si bien el Business Intelligence se lleva aplicando desde hace décadas en la toma de decisiones, durante el proceso de la transformación digital de la empresa y el auge de la recopilación de datos a gran escala, es necesario implantar nuevas técnicas que ayuden a tener una visión futura del negocio. Es entonces cuando surge el término Business Analytics como consecuencia de la aplicación del Big Data en la inteligencia empresarial.
Si con el tradicional Business Intelligence solo podíamos llegar a pequeñas soluciones de hechos que ya hayan ocurrido, gracias a la analítica empresarial podemos tomar decisiones proactivas que nos ayuden a medir qué consecuencias pueden tener nuestras decisiones y ver cómo afectará a la empresa.
Puesto que el Busyness Analytics es solo la continuación del Business Intelligence, este sería el camino por el que habría que empezar para poder tomar decisiones basadas en datos:
Digamos que esta metodología de toma de decisiones puede resultar un poco escasa. Es cierto que averiguamos cuál ha sido el problema y de dónde ha venido, pero su posterior gestión no va más allá de solucionar lo que ya ha ocurrido. Para tratar de evitar futuros problemas, recurrimos al Business Analytics:
Si fuese fácil, todos los directivos habrían cogido el tren de la transformación digital. Posiblemente tu empresa ya se haya puesto las pilas con la recopilación de datos. Es importante que toda esa información sea correcta y esté organizada.
Una vez tengamos datos válidos, es hora de interpretarlos. Una vez hayamos superado la fase de la inteligencia empresarial, responderemos a las preguntas analíticas dando respuestas basadas en datos, tratando de ser lo más neutrales posibles y guardando la intuición en un cajón cerrado con llave.
En función del volumen de la propia empresa, contaremos con mayor o menor cantidad de datos. Es importante contar con el equipo (interno o externo) adecuado formado en Big Data y con una clara orientación al usuario. Las empresas pequeñas no tienen porqué alarmarse. Si el volumen de datos es pequeño, no hay razón para no sentarse y analizar esto detenidamente. Hay que verlo como una inversión de tiempo que terminará siendo útil y beneficiosa para la empresa.
Respecto a las ventajas que ofrece el Business Analytics, podríamos decir una lista interminable: ¿por qué de repente X servicio no está recibiendo solicitudes de presupuesto? ¿qué podría suceder si cambio el precio a mi producto?
Vivimos un momento de constante cambio, en el que la digitalización cada vez es más importante y se ha llegado a convertir en un factor fundamental si queremos ambiciosos y crecer. Es fundamental aplicar esta filosofía a todos los departamentos y en todos los procesos de producción y ejecución. Gracias al Big Data, nunca hemos tenido tanta información como ahora, pero necesitamos sacarla el máximo partido y tener el foco en la transformación digital y en la evolución.