¿A veces tienes la sensación de que un anuncio te persigue en Internet? Como puedes intuir, esto no es casual. Es lo que se conoce como ‘remarketing’ (término adoptado por Google) o retargeting (término que utilizan gran parte de los profesionales de marketing).
El remarketing es la manera que tienen los negocios online de decirle al usuario «no te olvides de mí, recuerda que te interesaba este producto que tengo». El proceso es simple. El usuario busca un producto o servicio en Internet. Entra a un par de páginas, compara características y precios y se va. Porque, salvo en contadas ocasiones, el usuario no llega a nuestra tienda online y compra a la primera. De hecho, ni siquiera cuando mete un producto en el carrito está completamente decidido. El 90% de carritos de compra en tiendas online españolas en 2016 se abandonaron antes de completar la transacción. Se irá, se lo pensará, volverá a visitar la tienda, quizás se vuelva a ir a otra tienda, siga comparando precios, envío, fiabilidad de la empresa, características de productos, descuentos… ¿Te suena, verdad? Y este proceso es aún más lento cuanto mayor es la compra que el potencial cliente va a hacer.
Es ahí, en ese proceso de dudas y búsqueda, donde entra en juego el remarketing: mediante las famosas ‘cookies’ que se instalan en el navegador cuando un usuario visita una tienda online, Google Adwords es capaz de ir mostrando anuncios en webs de terceros que recuerdan a la persona que o bien ha visitado nuestro negocio o bien se ha interesado hace poco por un producto en concreto.
En definitiva, realizar desde ya mismo una estrategia de remarketing, tanto en Google Adwords como en redes sociales, es una excelente manera de volver a captar a esos clientes que dudaron sobre si comprar en nuestra tienda o no. Y además, una manera muy barata en relación a los resultados que acaba generando si se realiza correctamente.
Insistimos en eso de realizar dicha campaña «correctamente», ya que muchas veces el remarketing excesivo acaba hartando al usuario. De nuevo, hay que pensar con cierta empatía: ¿A mí me gusta que me muestren el mismo anuncio siempre allá donde vaya, que me persiga, que no me deje moverme por Internet sin verlo a cada click? La respuesta está clara. Es imprescindible la utilización en cada plataforma de las herramientas que nos permitan limitar la frecuencia con la que se muestran los anuncios a cada usuario. Configurando el número máximo de veces que se le muestra un anuncio a un usuario podremos asegurarnos de que se le recuerda que existimos y que vendemos lo que le interesa, pero sin llegar a agobiarlo ni incordiarlo.
También hay que saber segmentar y personalizar cada anuncio de la forma correcta. De nuevo es necesario tener el tacto justo para saber cuándo a un usuario que ha visitado la página de un producto, le puede interesar también otro de las mismas características, o un bien complementario. Conocer qué motiva a nuestros potenciales clientes a entrar a nuestra tienda es un primer gran paso. Y saber por qué han abandonado un carrito o por qué no han llegado a completar una compra te permite anunciarles de manera diferente a cada uno de ellos. No te olvides tampoco de «remarketear» a los clientes que ya te han comprado. Los descuentos o promociones especiales suele ser una gran herramienta para hacer que se conviertan en clientes habituales.
Social Media Manager en Finect