Marcas y humor gamberro en redes sociales

El humor es algo muy serio

Lo sé, es una frase algo manida, pero es la pura verdad. Y si no que se lo digan a @policia, que usa el humor como la mejor arma reglamentaria para  advertir, formar y prevenir, y lo hace en el que se ha convertido en hábitat natural del humor, las redes sociales.  Porque mira que hay gente ingeniosa, brillante incluso, tuiteando a diestro y siniestro por ahí…La hay. Y profesionales de las redes sociales que han sabido coger el guante que les lanzaban los usuarios y mimetizarse con el entorno, hablarle al usuario de tú a tú en su idioma, sea el que sea…

‘El humor es la sal de la vida’. Sí, otro clásico. Lo que no te dicen es lo difícil que es pillarle  el punto de sal… ¿Para qué sirve y para qué no el humor en redes sociales? ¿Dónde está la línea entre la marca agradable que te habla de tú a tú y esa que ‘se cree’ graciosa y resulta insoportable?  Yo también me lo he preguntado. Y después de pensarlo hasta que la cabeza me echaba humo  tengo que decir que  no creo que haya una única respuesta. Pero tranquilos, tampoco creo que estemos tirados en medio del desierto. Al menos tenemos una brújula.

¿Gracioso o graciosillo?

• No pretendas ser lo que no eres.  Si tu público son principalmente madres de familia de mediana edad o amantes de la cultura, adáptate… Puede que imitar el estilo del Rubius o apuntarte a la historia de la ruka no sea tu mejor opción. (¿Qué qué es la ruka? No me hagáis repetirlo, que me lee mi madre y va a querer lavarme la boca con jabón…Para eso os he puesto un precioso enlace)  En todo caso ¿qué sentido tiene apuntarte un tanto y hacerte viral si eso no llega al  tipo de público que a ti te interesa? El humor también debe adaptarse al estilo de aquellos a los que te diriges.

• Mejor caer en gracia que ser gracioso. Vamos, que si lo del humor te sale forzado mejor dejarlo. No quieras ser como esas madres que aún dicen ‘chachipiruli’ a sus hijos adolescentes, para hablar en ‘su lengua’. No hay nada peor que ir de guay y no pasar de chachi. Salvo quizás usar esa frase tan pasada de moda. Así que ten cuidado. Especialmente si tu público potencial son los chavales. Se mueven por la red como si estuvieran hechos de pixeles, son rápidos, creativos y pillan antes a un mentiroso que a un cojo. Y si no me crees echa un ojo a @BrandsSayingBae, que ironiza sobre las marcas que les hablan como si también fueran adolescentes.  Lección  básica: no llames ‘tronco’ o ‘bruh’ a tus usuarios. NO. Sobre si dirigirte a adolescentes hormonados te da manga ancha para compartir cualquier contenido… No sabría deciros. Juzgad vosotros mismos.

• Primero soluciones: ante la queja de un usuario el humor puede ser un arma de doble filo. Si tienes un problema no quieres un chiste malo si no respuestas. Pero eso sí si además de respuestas hay sentido del humor, te has ganado un aplauso. Por favor, ovación cerrada a este ejemplo que ya es todo un clásico…

• Trollear al troll. No lo practiquen en casa salvo con supervisión profesional. Es arriesgado, te puede explotar en la cara pero si lo haces bien, si eres uno de esos elegidos que domina el juego como nadie no sólo le darás de su propia medicina, podrás ser viral y ganar puntos de cara a la galería.

Y éste que cazaron nuestros amigos de Picn´Post

Y lo último pero no por ello menos importante…

Incluso si siempre has sido gracioso, si eres tan vital como el community manager de Media Markt, te diriges a un público que tolera bien las bromas y te gusta jugar con fuego, párate a pensar dónde está la línea y pregúntate si  la polémica te lleva a alguna parte. ¿Es útil para tus clientes?  ¿Respetuoso con ellos? Si no, prepárate para las críticas.

Laura Prieto

Periodista especializada en contenidos digitales y redes sociales. Curiosa pixelada, parlanchina 2.0 y apasionada de lo suyo. Si no la encuentras, posiblemente ande por ahí buscando tesoros transmedia.