Los smartphones se han convertido en el epicentro en la vida de las personas y ,como consecuencia, un pilar fundamental en muchas estrategias de marketing actuales. Pero como cualquier otra iniciativa digital, el desarrollo de una app móvil requiere de un estudio premeditado del entorno.
El proceso de thinking inicial es vital, y pasa por analizar las exigencias de los consumidores, así como casos relevantes que las empresas de nuestro sector están llevando a cabo (benchmarking). Las estrategias tienen que ser claras y armónicas con los objetivos que nos hemos planteado al principio; y más importante aún, toda acción que vayamos a realizar tiene que tener un vínculo real con los intereses de nuestros consumidores y/o público potencial.
Llegados a este punto, ya no vale cometer errores de antaño. No esperéis que los usuarios dediquen su tiempo (para ellos es demasiado valioso) ni su fiel atención a vuestro mensaje de marca sin ofrecerles un servicio de alto valor a cambio.
El proceso de testing y lanzamiento de versiones beta es fundamental en el análisis de usabilidad y experiencia de usuario (UX) Testar para mejorar y añadir nuevas funcionalidades es siempre la mejor opción.
Cuando un usuario se descarga una app, su instinto lo lleva inmediatamente a juguetear con ella. Tras interactuar lo suficiente, las pensamientos más comunes suelen ser: «Vaya, qué app más liosa. Voy a borrarla no vaya a ser que me ocupe demasiado espacio», o «Wow, qué diseño más chulo y qué app más útil». Por eso, es necesario anticiparnos a estas reacciones y crear una ventana o interfaz que ofrezca a los clientes/usuarios lo que exactamente están buscando.
Para conseguir ese ansiado flechazo desarrolla; una aplicación que sea memorable, fácil de usar y de compartir. Lo quieras o no el diseño es una de las características más valoradas por lo que tiene que ser muy atractivo, y genera contenido único (¡recuerda mirar a tu competencia!). Elige una plataforma apropiada que sea compatible con todos los dispositivos y sistemas operativos, sacándole el mejor partido a las cualidades que ofrecen los smartphones y tablets.
¿Y qué pasa con la inversión? Intenta que sea lo más rentable posible para no tener que encarecer el precio de la app. El escenario ideal es ofrecer una app gratuita o por lo menos versiones gratis que permitan a los usuarios interactuar con ella; de otra manera es más complicado conseguir esa descarga inicial.
Los siguientes ejemplos os pueden servir de guía para impulsar esa idea que llevaba tiempo en vuestra cabeza. Por supuesto, existen muchos más caminos estratégicos (tantos como ideas de negocio y sectores). He recogido las funciones más relevantes que una app puede desempeñar en vuestro plan:
Las funcionalidades que incluyamos tienes que ser altamente seguras y eficaces (ej. índice de productos, buenas descripciones, cesta de compra y pago..) Toda la información que los compradores nos ofrecen a través del proceso de compra es esencial para seguir mejorando la experiencia y conseguir fidelización. ¿Cómo? Las ofertas y cupones de descuento personalizados siempre son una buena opción.
Finalmente, no te olvides de la medición de resultados. Como en cualquier otra estrategia de marketing (online, offline o móvil), debes establecer KPI’S realistas y medibles. Toda la información que el consumidor genera mediante la interacción se convierte en datos de valor que debes conservar y analizar al detalle para mejorar la experiencia e impulsar tu crecimiento como empresa.
¿Conocéis más casos relevantes? 😉