Los bloggers llevan más tiempo del que creemos siendo prescriptores de productos y servicios. Su exitoso modelo de comunicación, más humano y creíble ha puesto a estos influencers en el punto de mira de las marcas que en los últimos años han desarrollado numerosas estrategias para llegar a las comunidades congregadas en torno a los blogs. Los tipos de relaciones comerciales van desde un banner publicitario en el propio espacio hasta la asistencia como invitados especiales para que posteriormente los bloggers narren la experiencia a sus lectores.
Antes de establecer una relación, las marcas deben analizar diversos aspectos que les permiten seleccionar al blogger o los bloggers que participarán en su campaña de comunicación. Uno de ellos es la notoriedad, donde debemos distinguir entre: blogger de alta y de media notoriedad
Durante el proceso estratégico en el que planificamos y diseñamos el objetivo de comunicación que tendrá nuestra campaña, los valores cuantitativos antes citados (número de seguidores y notoriedad) hacen que perdamos el foco y nos olvidemos del resto de elementos a tener en cuenta para establecer dicha relación comercial. Como marca, analiza los siguientes elementos:
1. La calidad del contenido: Buena redacción y conocimiento por parte del blogger sobre el sector de tu producto/servicio. Sus publicaciones han de tener un valor diferencial, pero también sentido común en lo que se está exponiendo. Una línea temática variada, una buena dinamización de tu comunidad y la utilización adecuada de los medios sociales.
2. Creatividad y estilo definido: El valor diferencial del que hablábamos antes se tiene que hacer notar desde el primer momento. El diseño del blog y el uso de imágenes con fuerza visual pueden ser un plus para tu marca.
3. Valores alineados con tu filosofía: El blogger para ser realmente exitoso tiene que ser un comunicador profesional en su campo. Su filosofía e imagen deben entroncar directamente con los valores que tu marca quiere transmitir.
Una mala elección del blogger puede tener un efecto contraproducente para tu empresa y para la imagen que tus clientes y potenciales clientes puedan percibir de ella. La planificación y control de todas las variables (tanto cualitativas como cuantitativas) son la mejor medida para reducir todo tipo de riesgo 😉