En 2010 se produjo el boom de las redes sociales en el mundo y las empresas más innovadoras incluyeron estos medios en su mix de estrategias de marketing. Cuando hicimos el primer estudio de marketing en medios sociales de España, los resultados indicaban una situación abrumadora. 8 de cada 10 empresas utilizaban las redes sociales para hacer branding (construir y dar a conocer la marca).
Enseguida las Pymes iniciaron su camino en estas redes, y paulatinamente el foco fue girando hacia otro concepto propio de un perfil más pragmático: la venta. En nuestra experiencia en formación hemos visto de primera mano ese cambio. La entrada de empresarios y comerciales en la formación implicaba un interés por llegar a la venta de forma muy directa, reduciendo las estrategias intermedias (branding, innovación, fidelización, reputación online, etc.)
Pero lo cierto es que, a día de hoy, las redes sociales siguen siendo un terreno esquivo para la venta pura y dura. En estos medios las grandes marcas siguen apostando por el branding, y las Pymes que triunfan son las que también siguen este camino más intangible y de largo plazo, desmarcándose de la miopía de producto.
Aunque tenga su propia escudería de fórmula 1 y lance a deportistas desde la estratosfera, Red Bull muestra una imagen más cercana y real en las redes sociales.
Las marcas son símbolos. Por lo tanto deben tener unos valores y características asociadas, pero deben transmitirlos de una forma compleja. Simplificar la marca y hacerla excesivamente comprensible o prefabricada puede ser un problema. Si nos fijamos en grandes firmas como Ferrari, Nike o Red Bull, los valores que nos vienen a la cabeza son muy significativos, pero no son sencillos de explicar. Las buenas marcas, como los buenos libros, son las que construye, en último caso, el consumidor en su mente.
Los usuarios reconstruyen la marca en las redes sociales con sus comentarios, opiniones y al compartir el contenido. Con el paso del tiempo las empresas son más conscientes de la oportunidad que esto significa y crean contenido abierto, buscando así una interacción en la que el usuario aporta su visión y ayuda a construir esa imagen.
Un ejemplo es esta publicación de Mahou en Facebook en la que se invita al usuario a crear el titular que aparecerá en la fotografía. En una hora generó cientos de interacciones positivas con la marca.
Incluso las dinámicas en las que pedimos a los usuarios que suban fotografías generan este tipo de situaciones en las que la firma se reconstruye a través de la participación, y en el mismo proceso el usuario también crea su identidad.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que las redes sociales permiten a las marcas a día de hoy pero seguro que es sólo el principio. Con el tiempo seguiremos descubriendo nuevas estrategias para generar dinámicas que consigan que el usuario se identifique con las marcas y las hagan suyas.
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Analista de datos digitales especializado en social media en RTVE. Co-fundador de Concepto 05. Profesor de análisis y estrategia digital en Instituto Europeo de Diseño y EOI.
1 Comment
Muy interesante su comentario,
Mariano